A la inauguración de la muestra Cómo vamos? de Ricardo Avila, asistieron personalidades de la cultura, del Cuerpo Diplomático, amigos, artistas, todos compartieron y se deleitaron apreciando los objetos instalados en la exposición. En la primera fotografía aparece el artista Ricardo Avila con sus hijos Camila y Milton.
Presentación de la muestra de Ricardo Avila por parte de la señora Elizabeth Barquero del Teatro Nacional.
Las fotografías de este posting son cortesía del Teatro Nacional.
Divulgación en prensa de la muestra Cómo VAmos?
jueves, 19 de junio de 2008
lunes, 16 de junio de 2008
Proyecto para otra (di)versión, Segunda Confrontación en el Arte, Galería Nacional, San José Costa Rica
Cómo vamos? Instalación de Ricardo Avila, Galería Joaquín García Monge, San José, Costa Rica.
¿Cómo Vamos?
Obras Recientes de Ricardo Ávila en la Galería Joaquín García Monge del Teatro Nacional
El crítico de Arte Ricardo Pau-Llosa, expresa de esta nueva muestra de Ávila:
Hace años que Ricardo Ávila ha realizado obras, cada vez más audaces y originales, que apropian temas e imágenes de obras maestras del arte occidental, a menudo pero no siempre parodiándolas. A veces es obvio el referente—Van Gogh, Rubens, Miguel Angel—entre muchos otros. En los
inodoros intervenidos que aquí se exhiben, Ávila ha expandido su manera de dialogar con los monumentos del pasado en la pintura, siempre con humor y candor. El referente no es tan obvio esta vez, e inclusive hay más de uno, haciendo el juego referencial aun más profundo y revelador. El inodoro evoca a Duchamp y el Dadá, y la yuxtaposición de imágenes pintadas—cubriendo
toda la superficie, inclusive el interior de los tanques y los mecanismos de descarga—lo convierte en un objeto mágico que cualquier Surrealista hubiera aprobado. A estas referencias habría que añadirle a Gauguin y su obra maestra, “¿De dónde venimos, quiénes somos, a dónde vamos?”
Ávila puebla estos objetos de función esencial en la vida cotidiana con figuras femeninas dentro de paisajes y cielos cuya intensidad cromática los eleva a un plano onírico característico de este pintor. De esta forma, los inodoros se convierten en escenarios privados aunque escandalosos, y en
parodias, además, de los frescos que adornan cúpulas y muros de renombre.
La intersección de la sensualidad femenina con un inodoro retoma, a la vez que satiriza, el arquetipo que vincula la sexualidad con la muerte o, en este caso, el desperdicio. El sexo y la muerte centran su energía y drama en el cuerpo—recinto del placer al igual que el testigo que espera su propio final. Imaginemos junto a Ávila tanto el espiral—en el agua descargada—y la feliz repetición de este mecanismo por todas las vidas de un día. La clara orquestación de tan complejas resonancias en obras de evidente originalidad hacen de Ricardo Ávila uno de los artistas indispensables en la cultura contemporánea de Costa Rica.
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